
Abstractas fueron para ser reales
Los mares se repliegan en su boca
Como brotes de guayacán son sus pechos
En sus cabellos flotan cunas
Las avispas se agolpan en sus talones
de este modo pierden su ponzoña
Sus miradas se prenden a troncos sudorosos
Atrapan la tarde con sus nervaduras
Ángela Hernández. Acústica del límite. Poesía e imagen. Pág. 102