sábado, 25 de octubre de 2014

Los Abarimon - Humanoides con los Pies hacia Atrás



Una raza de humanoides incivilizados que habitaban en el Monte Himalaya. Los Abarimon eran nativos de un país con el mismo nombre, criaturas que se caracterizaban por tener los pies hacia atrás. A pesar de esta desventaja, los Abarimon eran capaces de moverse más rápido que los otros corredores.  También tenían una gran afinidad con la vida silvestre.

Hombre y Naturaleza

Los Abarimon vivían junto a los animales de la región y por su salvajismo no se podían capturar. Existen leyendas que los pies invertidos de esta raza se debían a unas sandalias que usaban, y por esta razón podían correr a grandes velocidades. El país de los Abarimon se encontraba en el gran valle del Monte Imaus, un lugar donde el aire estaba encantado y por ello si una persona lo respiraba por mucho tiempo le sería imposible respirar otro tipo de aire.

Esta raza ficticia no podía abandonar el valle con vida, este efecto también protegía la ubicación exacta del valle. El sabio Plinio describió a esta gente por primera vez en su libro Historia Natural (VII), de acuerdo a Plinio, eran muy parecidos a los humanos físicamente, pero tenían los pies para atrás.

Tiempo después, una historia similar fue relatada por Aulus Gellius en el texto “Attic Nights”.
El Relato de Plinio

Dentro de su relato, el sabio describe a la raza de los Nuli, también conocida como los Abarimon. El viajero y erudito Megástenes describió la montaña Nulus, ahora conocida como el Monte Himalaya, su texto hablaba de una raza de humanos que tienen los pies invertidos desde los tobillos.

Las tácticas de los Abarimon servían para confundir a sus perseguidores debido a que sus huellas eran inversas y la máscara que usan atrás de sus cabezas daba la impresión que los Abarimon se estaban acercando. Los pies de esta antigua raza eran inusualmente grandes y tenían ocho dedos cada uno.

Megástenes filosofaba al respecto del poder que los Abarimon poseen, debido a que son una raza inteligente tienen poder sobre algo, de igual forma que el humano. Aunque sus estudios no llegaron a una conclusión sobre este tema, el erudito murió con la duda.



Ciguapa

La Ciguapa es un demonio femenino perteneciente a la mitología de la República Dominicana, este críptido comparte con el Abarimon la cualidad de tener los pies mirando hacia atrás.

Su aspecto es el de una bella mujer de piel muy oscura, en algunas versiones con un tono azulado, ojos negros muy profundos y que se desplaza por el bosque sin ninguna ropa, tan solo cubriendo su cuerpo con una larguísimo melena de color negro.

Es muy dificil capturarla porque al andar con los pies invertidos deja huellas falsas cuando se la trata de perseguir. Son muy veloces y conocen mil escondites y cuevas en las que pueden ocultarse para evitar ser capturadas. En las contadas ocasiones en las que según la leyenda las ciguapas han sido capturadas han acabado muriendo de pena al sentirse encerradas.

Estos demonios atraen a los hombres hasta la profundidad del bosque o al interior de sus cuevas, de donde nunca podrán salir. Se cree que acaban con sus víctimas ahogándolas en corrientes subterráneas. Además se atribuye a las ciguapas el robo de niños y bebes.

Las ciguapas son mudas e incapaces de hablar, pero eso no las impide atraer a sus víctimas. Además de su belleza, la ciguapa es capaz de emitir un aullido similar al canto de las perdices para atraer a los incautos que se atrevan a seguirlas hasta sus cuevas.

Según otras versiones pueden imitar el llanto humano. Ambas descripciones recuerdan a las sirenas, que usan sus artes de conquista para acabar con los marinos. Es por esto que también son conocidas con el sobrenombre de las sirenas de las montañas

Con la ayuda de un perro blanco, las Ciguapas pueden ser atrapadas en las noches de luna llena, aunque es tal su pena por su cautividad, que acaban muriendo.

El mito también se ha extendido aunque en menor medida a El Salvador, donde se piensa que son los espíritus de personas que escaparon a la montaña y acabaron perdiendo la vida.

En algunas regiones también se habla de Ciguapas masculinas, aunque en la tradición dominicana casi siempre se presentan como pequeñas mujeres de piel oscura que corretean desnudas por el bosque.

Pies invertidos en la Realidad



Como casi todas las leyendas los humanoides con pies invertidos tienen un punto de realidad. Existen deformaciones congénitas que pueden provocar que una persona nazca con los pies hacia atrás. Como es el caso de Wang Fang, una camarera de origen chino que nació con esta anomalía en los pies.

Al principio se pensaba que esto le impediría andar, pero Wang no solo ha demostrado que puede andar y trabajar como camarera sin ningún impedimento. Si no que además asegura que incluso corre más rápido que la mayoría de personas que conoce.

Hace un tiempo Wang Fang se hizo famosa al rechazar una pensión por su minusvalía. Según sus palabras ella no era ninguna minusválida, podía trabajar igual que cualquier otro en el negocio familiar, un pequeño restaurante. Y su peculiaridad no la convertía en inútil o inválida para necesitar recibir una pensión.

Es posible que en la antigüedad se diera algún caso similar al de Wang, que pudiera haber desencadenado las leyendas que relataba Plinio. Y es que en sus relatos los abarimon eran humanos normales con una única peculiaridad, tener los pies hacia atrás. El caso de la camarera china demuestra que incluso sus conjeturas de que podían correr tan rápido o mas que un humano normal no eran descabelladas.



Autor: Arturo Varas
http://www.escalofrio.com/n/Criptozoologia/Humanoides_con_Pies_hacia_Atras/Humanoides_con_Pies_hacia_Atras.php

jueves, 29 de mayo de 2014

La ciguapa por Santiago Bonilla

Pintor dominicano, expuso en Museo de las Casas Reales.


Había una vez, una ciguapa muy bella. Era un animal hermoso. Tenía el pelo negro como la noche. Se paseaba por el bosque entre ramas y ramas. Recogía flores en una canasta hecha de guano.

La ciguapa, llevando en sus manos una canasta grande, le pidió a una mata de jagua que le dejara caer varias frutas, y la mata se la negó.

—¡Voy a cortar una rama! —Se dijo la ciguapa muy enojada.

—¿Tun tún! ¡Tuntún! ¡Jau! ¡Jau!

—¡Oh! ¡Se volvió un perro! ¡Me ladra! ¡Te dejaré! ¡Te dejaré! —Le contestó la ciguapa. Salió corriendo. Y al llegar al manantial, al lado de una piedra, alimó su machete.

—¡Miao! ¡Miao! —Gritaba la piedra.

—¡Oh! ¡Se volvió un gato! —Decía la ciguapa de forma muy sorprendida.

—¡Cua! ¡Cua!

—¡Cua! ¡Cua! —Cantaban las ranas frente a la ciguapa.

—¿Qué hacen ustedes aquí? —Preguntó la ciguapa.

—¡Nosotras somos las hijas de la naturaleza!

—¿Por qué ustedes me siguen?

—¡No te contestaremos esa pregunta!

—¿Por qué? —Preguntó en tono alto la ciguapa.

—¿Entonces, quién me contestará?

—¡La naturaleza! —contestaron las ranas.

La ciguapa le siguió los pasos a las ranas que saltaban de piedras en piedras, hasta que llegaron a la montaña. La ciguapa se sentó sobre una lama verde que cubrían las piedras:

—¿Quién es la naturaleza? —Preguntó la ciguapa.

—¡Todo! ¡Todos! —Contestaron las ranas en un coro de fino tono.

—¡Cómo que todo! —Dijo la ciguapa en alto tonar.

—La naturaleza es vida. —Contestaba una rana.

—La naturaleza es salud. —Contestaba la otra rana desde lo alto de una piedra.

—¡La naturaleza es: los árboles, las yerbas, las flores, las lluvias, y las piedras donde dormimos! —Contestaba una rana.

—¡El viento! —Dijo otra rana.

—¡Uuu! ¡Uuu! —Cantaba y bailaba el viento tumbando los nidos de las ciguas palmeras.

—¡Chuichui! ¡Chuichui! —Cantaban las garzas.

—¡Maaa! ¡Maaa! —Gemía la vaca.

—¡Cococoleco! ¡Cococoleco! —Cantaba la gallina.

—¡Kikirikí! ¡Kikirikí! —Cantaba el gallo.

—¿Ciguapa? —Le llamaba una rana.

—Esa es la naturaleza: es amor, alimentos y salud. ¡Cuidémosla! —Dijo la otra rana.

Tanto las ranas, las ciguas de diferentes especies; las gallinas, los gallos, garzas y las vacas estaban todas reunidas. La ciguapa observaba muy sonriente, a todos los animales. Y al mirar hacia la entrada principal, oyó una voz:

—¡Ciguapa! ¡Ciguapa! —Le llamaba una persona con una voz pausada.

—¡Ciguapa! ¡Soy el presidente! ¡Te voy a nombrar la reyna del bosque para que multipliques a cien millones, cada animal, según su especie!

—¡Está bien! ¡Acepto el reto!

La ciguapa se montó en un burro o asno; miró hacia las entradas de los ríos; a localizar las tierras fértiles, para las semillas y a reunir yaguas para construir bohíos; reía de alegría y la naturaleza florecía en belleza.

—¡Ciguapa! ¡Ciguapa! —Le llamaba la Cotorra Bandera.

—¡Ciguapa! ¡Ciguapa! —Soy el ave de los colores patrios!

—¡Ciguapa! ¡Ciguapa! —¡Reyna! ¡Reyna de nuestra naturaleza! —Le llamaron todos los animales…

 FIN

Santiago A. Bonilla Meléndez (Santiago Bonilla), nació el 17 de julio del año 1961, en el Paraje Arroyo Bellaco de la Sección Bocas de Licey del Municipio de Tamboril de la Provincia de Santiago, República Dominicana; hijo mayor de Herminio de Jesús Bonilla Santos y de Cecilia de Jesús Meléndez Sánchez.
Es Lic. En Letras y Abogado.
El cuento aparece en su libro CUENTOS PARA NIÑOS(AS), 1999.


Leibi NG


lunes, 31 de marzo de 2014

La ciguapa encantada por la luna de Avelino Stanley

La ciguapa Ao Iguani ("Ao es abundancia. Iguani quiere decir esbelta como una iguana de oro") recibe una encomienda de La Luna: dirigirse hacia el Oeste porque tiene que hallar el Árbol de la Paz, repartir sus frutos entre los niños del mundo y eliminar las guerras. Pero su propia desaparición casi provoca un terrible conflicto entre dos tribus. Bofri, (nombre taíno que quiere decir filósofo, "tal vez poeta, o dueño del pensamiento") sale a buscarla como si su propia vida dependiera de ello y en el camino se encuentra con Rafael Emilio, quien le presta ropas, Héctor Luis, Carlos, María Elena y Rafael Emilio. Entre todos van a lograr un desenlace prometedor. 150 páginas de entretenimiento en una historia bien hilvanada y muy interesante.